Ernesto Silva

Política fiscal responsable: no da lo mismo quién gobierna

Por: Ernesto Silva | Publicado: Viernes 1 de febrero de 2013 a las 05:00 hrs.
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Las positivas noticias económicas no dejan de sorprender. Esta vez fue el turno de las cifras fiscales del año 2012 que dio a conocer esta semana la Dirección de Presupuestos, las que dan cuenta, por segundo año consecutivo, de un crecimiento moderado del gasto público, inferior al crecimiento del producto y, como consecuencia de ello, un superávit fiscal efectivo.



A pesar de una menor contribución de la minería a los ingresos fiscales, debido a un menor precio del cobre y costos de producción crecientes, el gobierno ha sido capaz de mantener una situación superavitaria y ha reducido el balance fiscal estructural desde un déficit de 3% del PIB el año 2009 a menos de 1% del PIB en 2012.

Si bien se han producido algunos desfases en la ejecución de proyectos de inversión en áreas relevantes para la ciudadanía, esto es consecuencia directa de la enorme burocracia que rodea las decisiones del Estado y plantea la urgente necesidad de avanzar en la modernización del Estado.

En un entorno internacional complejo e incierto, en el que los excesos fiscales del pasado están en el origen del estancamiento económico y el desempleo histórico que experimentan en estos momentos algunos países desarrollados, la economía chilena crece, el desempleo se ubica en mínimos históricos, la inflación es baja.

En la base del alto crecimiento económico y del progreso social de Chile de los últimos tres años subyace un manejo fiscal serio, sólido y sostenible en el tiempo, que deja espacio y promueve la iniciativa privada en lugar de incentivar un creciente rol del Estado.

El manejo fiscal responsable de este gobierno tiene implicancias directas sobre la población. Por un lado, un crecimiento moderado del gasto público contribuye a reducir las presiones inflacionarias originadas en presiones de demanda, lo que es un aporte primordial a las familias más pobres que son las más afectadas por los incrementos de los precios.

Por otra parte, un crecimiento acotado del gasto público ayuda a la mantención de un tipo de cambio competitivo, lo cual es clave para el desarrollo de la industria exportadora nacional y para los trabajadores que se desempeñan en ella. A su vez, la conducción de la política fiscal ha permitido que el país obtenga tasas de interés históricamente bajas en sus últimas colocaciones de deuda en los mercados internacionales, lo que en la práctica reduce los costos financieros de las empresas nacionales e incentiva la inversión y la creación de más y mejores puestos de trabajo.

Este 2013 no será distinto a los tres años previos de este gobierno. Sin dejar de lado los compromisos adquiridos, la autoridad fiscal debe mantener una conducta responsable y flexible para apoyar, tal como lo hizo a fines del año pasado, a la mantención de los equilibrios macroeconómicos, porque ésta es la mejor contribución que puede hacer al crecimiento económico y al progreso social. 
A la luz de las cifras reportadas y de los desafíos que vienen para el país, no da lo mismo quién gobierna y cómo se conduce la política fiscal.

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